Para adelgazar, es importante seguir un plan de alimentación indicado por un nutriólogo, quien prescribirá una dieta adecuada de acuerdo con sus necesidades calóricas y nutricionales. Lo ideal es realizar actividad física además de la dieta para acelerar la pérdida de peso.
Es importante comer pequeños refrigerios entre las comidas para estimular el metabolismo y mantener el apetito bajo control. Las barras de cereales, yogurts descremados y las frutas son buenas opciones de refrigerio.
Las comidas deben distribuirse a lo largo del día. Evite consumir grandes cantidades de carbohidratos en una sola comida, para que el exceso no se almacene en forma de grasa.
Se recomienda consumir alimentos integrales, como harinas, panes y arroz, ya que prolongan la sensación de saciedad. Los alimentos hechos con harina “blanca” sacian el hambre temporalmente, pero después de un corto tiempo, la persona vuelve a sentirse hambrienta.
Por otra parte, es importante no dejar de lado las proteínas, que, además de ser esenciales para el mantenimiento de la masa muscular, prolongan la sensación de saciedad. El pollo, pescado, leche, huevos y leguminosas son buenas fuentes de proteínas.
También es necesario controlar la ansiedad, ya que las personas ansiosas pueden reflejar su nerviosismo en sus hábitos alimenticios sin notarlo. Para ello, lo ideal es acudir con un psiquiatra.
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