El método más usado para remover tatuajes es por medio de láser. El láser atraviesa las capas superficiales de la piel; su energía es absorbida por la tinta, provocando una división del pigmento en micropartículas, que son absorbidas y eliminadas por el cuerpo.
Antes de las sesiones con láser se puede aplicar en la piel un anestésico en forma de gel o inyección para disminuir el dolor y ardor que este tipo de procedimiento suele provocar. El tipo de rayo a utilizar depende de los pigmentos del tatuaje y puede ser Q-switched Ruby, Q-switched Alexandrite o Q-switched Nd: YAG.
El número de sesiones necesarias para eliminar el tatuaje y el éxito de su eliminación total depende de diferentes factores relacionados a la piel y al procedimiento. Estos son:
- El dolor del tatuaje;
- Tal tamaño del tatuaje;
- La profundidad del tatuaje;
- Las características de la piel (coloración, sensibilidad, capacidad de cicatrización y alergias).
Otros métodos para remover tatuaje son: dermoabrasión, cirugía plástica, peelings químicos y luz pulsada. No obstante, son menos usados debido a que presentan un mayor riesgo de provocar cicatrices.
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