¿Qué es el bótox?
El bótox es un medicamento cuyo principal activo es la toxina botulínica tipo A, una sustancia purificada que se extrae de bacterias. Esta toxina interrumpe los estímulos nerviosos en los músculos, causando una parálisis de la musculatura. Como resultado, el músculo se relaja, ya que seja de ser estimulado.
El bótox es comúnmente usado para tratar arrugas en la cara, aunque se emplea también en el tratamiento de espasticidades y enfermedades neurológicas, como en accidentes cerebrovasculares y espasmos faciales.
¿Cómo se aplica el bótox?
El bótox se inyecta en pequeñas cantidades en los músculos. Se usa una aguja fina y el procedimiento suele durar pocos minutos. Las arrugas que presentan mejores resultados suelen ser aquellas que se ubican sobre las cejas, en la base de la nariz, alrededor de los ojos, en la frente y en el cuello.
Para el tratamiento de enfermedades neurológicas, se aplica bótox en los músculos más rígidos, facilitando la rehabilitación con fisioterapia, terapia ocupacional, además de ayudar en la higiene del paciente. Por ejemplo, en casos de pacientes con ACV que no pueden abrir la mano o estirar el brazo por completo, se dificulta la limpieza de la palma de la mano y las axilas, por lo que la aplicación del bótox facilita mantener una buena higiene en estas zonas.
El bótox también puede ser aplicado en el tratamiento de condiciones como la esclerosis múltiple, mal de Parkinson, lesiones medulares, espasmos faciales, entre otras.
Efectos colaterales del bótox
Los efectos secundarios de la aplicación de toxina botulínica son pocos y generalmente temporales. Entre las complicaciones más comunes encontramos hematomas, dolor de cabeza y síntomas parecidos a los de un resfriado leve.
En casos muy raros, el paciente puede presentar párpados caídos. No obstante, todos los posibles efectos secundarios son leves y pasajeros.
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