El reflujo en los bebés normalmente ocurre debido a la falta de desarrollo en el tracto gastrointestinal superior. Otra posibilidad es que el bebe tenga algún problema de digestión, intolerancia o alergia a algún alimento.
Generalmente, las regurgitaciones en pequeñas cantidades después de mamar son síntomas de reflujo. Esto es normal y puede ocurrir con todos los bebes; sin embargo, cuando ocurre con frecuencia, en cantidades grandes y mucho tiempo después de mamar, es necesario consultar al pediatra.
¿Cuáles son los síntomas del reflujo en bebés?
Los síntomas del reflujo patológico son:
- Sueño agitado;
- Vómitos constantes;
- Dificultad para mamar;
- Irritación y llanto excesivo, especialmente al mamar;
- Llanto ronco;
- Dificultar para subir de peso;
- Inflamaciones frecuentes en los oídos;
- Neumonía aspirativa: cuando la leche entre en el pulmón y causa neumonía.
Cuando las regurgitaciones después de mamar ocurren con frecuencia y el bebé tiene dificultad para subir de peso, o en presencia de los síntomas mencionados arriba, se deberá consultar al pediatra.
¿En qué consiste el tratamiento?
El reflujo en bebés puede ser curado. Algunas medidas eficaces para evitarlo o minimizarlo:
- Evitar mecer al bebé;
- No vestir al bebé con ropas que presionen su barriga;
- Mantener una buena posición durante el amamantamiento para evitar que el aire entre por la boca del bebé;
- Para eructar, después de mamar, el bebé debe mantenerse en una posición vertical en el cuello del adulto por 30 minutos;
- Dejar la nariz del bebé despejada mientras mama;
- Evitar dar grandes cantidades de leche de una sola vez;
- Aumentar la frecuencia de la alimentación del bebé;
- Acostar al bebé de lado y con la cabecera de la cuna elevada.
En los casos más graves de reflujo, puede ser necesario un tratamiento con medicamentos, como bromoprida o domperidona, el cual deberá ser orientado por el médico pediatra. En algunos casos raros, puede ser necesario realizar una cirugía para el reflujo.
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