Cómo tratar la hipertensión arterial
El tratamiento de la hipertensión arterial sistémica esencial (primaria) generalmente se realiza sin el uso de medicamentos inicialmente. Los pacientes, una vez que son diagnosticados, deben someterse a cambios en su estilo de vida, que incluye:
- Practicar actividad física todos los días, o por lo menos 40 minutos cinco veces a la semana;
- Mantenerse en su peso ideal (de acuerdo con su altura), evitar la obesidad;
- Adoptar una alimentación saludable: poca sal, sin frituras y más frutas, verduras y legumbres;
- Reducir el consumo de alcohol. Si es posible, no beber;
- Dejar de fumar;
- Siempre seguir las indicaciones del médico;
- Dormir ocho horas cada noche, asegurarse de que la calidad del sueño sea buena;
- Evitar el estrés. Reservar tiempo para la familia, los amigos y el placer. Procurar tener al menos una hora cada día, todos los días, para hacer algo que le guste.
La disminución de la presión por medio de estos cambios generalmente es pequeña. Difícilmente una persona con niveles de presión muy altos (superiores a 160/100 mmHg) logra tener una presión normal sin medicamentos. Sin embargo, en casos leves, es posible controlar la presión siguiendo estas medidas.
No obstante, la mayoría de los pacientes no acepta alteraciones en sus hábitos de vida. Simplemente son incapaces de cambiar tan profundamente sus malos hábitos y acaban teniendo que tomar medicamentos para controlar la presión.
Obviamente, los pacientes que llegan con el médico con presión alta y síntomas de lesión en algún órgano importante (insuficiencia renal o cardiaca, retinopatías, polineuropatías) deben iniciar un tratamiento farmacológico inmediato (además de los cambios en el estilo de vida, que deben seguirse en todos los casos), ya que estas son señales de hipertensión a largo plazo. Deben iniciar un tratamiento farmacológico inmediato también los pacientes de enfermedades crónicas como diabetes.
Medicamentos para la hipertensión arterial (antihipertensivos):
Hay muchos remedios diferentes para controlar la presión arterial. No importa mucho el medicamento utilizado, siempre que sea eficaz para reducir los niveles de la presión por debajo de 140/90 mmHg.
En casos de hipertensión arterial secundaria, esto es, causada por otra enfermedad (como feocromocitoma, insuficiencia renal crónica, glomerulonefritis, riñones poliquísticos, estenosis de la arteria renal, etc.) el tratamiento se enfoque en la causa y puede incluso curar definitivamente la hipertensión, dependiendo del caso.
En caso de sospecha de hipertensión, se debe consultar a un médico (de preferencia un cardiólogo). Él podrá evaluar detalladamente el caso y, de ser necesario, prescribir el tratamiento más adecuado.
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